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¿Por qué es importante desarrollar la empatía desde la infancia?

La persona empática tiene unos comportamientos más conscientes y adaptados, porque valora no sólo su percepción, sino también la de los demás.

Por ello, tener una elevada empatía permite comunicarse y relacionarse mejor con el entorno.

Las personas empáticas están mejor adaptadas emocionalmente y manejan adecuadamente las emociones propias y ajenas.

Un niño cuyos padres y maestros fomentan su empatía desde pequeños van  por el camino de convertirse en unos adultos más, comprensivos y sociables.

   Los niños empáticos son menos agresivos, más comunicativos y más capaces de expresar sus sentimientos. Además, la madurez que les aporta la empatía les ayuda   a crecer más seguros de ellos mismosy con una autoestima más fuerte y estable.    

 Hasta los siete años el cerebro de los niños establece las conexiones  celulares a un ritmo rapidísimo, todas las experiencias que adquiera durante estos primeros años determinarán su capacidad de enfrentarse a las situaciones vitales.
A partir de los lazos y vínculos emocionales que se van tejiendo en la familia y de los intercambios que tienen lugar desde el nacimiento, se va transmitiendo y desarrollando la competencia de la empatía.
Nuestra forma de escuchar  a nuestros hijos, de jugar con ellos, de reconfortarles y de tratarles influirá en su forma de relacionarse con los otros, de afrontar los problemas y de gestionar sus emociones. Si nosotros somos empáticos con ellos, favoreceremos que ellos sean empáticos con los demás.

De ahí la importancia de el ejemplo como base de la educación ya que los padres son ejemplo a seguir de sus hijos.

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Como enseñar empatía a los peques de la casa

Lo primero a tener en cuenta es que los adultos cercanos al niño (padres, abuelos, tíos, familiares, maestros, …) son piezas fundamentales para potenciar, ya que son con quienes establece sus primeras relaciones y vínculos afectivos.

De ellos aprende de forma directa, imita los ejemplos que observa y va construyendo su forma de relacionarse tanto con los demás como consigo mismo.

    Trabaja tu propia empatía, el ejemplo es lo que se transmite de forma más directa.

     Explícale al niño, con palabras sencillas, qué es la empatía, por qué es importante aprender a desarrollarla, incluso puedes realizar juegos adaptados a su  edad.

     Felicítale y siéntete orgulloso de él cada vez que muestre una actitud empática.

     Procura hacerle ver al niño los diferentes puntos de vista posibles ante una misma situación, intenta dar razones y explicar los comportamientos ajenos que  el pequeño no comprenda.

Escúchale, y enséñale a escuchar. Dedica tiempo a conversar con él, sin hacer otra cosa simultáneamente, para prestarle toda la atención que se merece.(un momento muy bueno es las hora de las comidas alrededor de la mesa compartiendo el mismo espacio, hablando del día ,de los logros ,inquietudes….)

Expresa tus emociones y pensamientos que vea que confías en él  y anímale a que haga lo mismo, mostrándole, ante todo, aceptación y comprensión.( que sienta que su opinión también cuenta)

 Cuando estéis en la calle, juega con él a reconocer las emociones de la gente según lo que transmite su rostro. También puedes jugar a silenciar una película y adivinar qué está  pensando o sintiendo los protagonistas, según sus gestos y expresiones.

 Puedes utilizar cuentos y metáforas para trabajar con las emociones, aprendiendo a identificarlas y comprenderlas. El juego y la diversión es una buena forma de entrenar la capacidad de ponerse en el lugar de los otros.

 Tipos que puedes utilizar para enseñarle a tu hijo cómo mejorar su empatía con los demás:

Trata a tu hijo como a un ser independiente. Se  ha confirmado que cuando a los niños se les educa y se les trata teniendo en cuenta que ellos tienen pensamientos propios, creamos adultos capaces de ponerse en el lugar de los demás. Siempre es bueno que hables con tu hijo sobre su estado emocional, qué desea, sus necesidades, anhelos, miedos, etc.

Aprovecha cualquier oportunidad para inducirlo a que sea comprensivo con los demás, poniéndole ejemplos simples cotidianos.

 Es muy importante evitar caer en estereotipos o creencias que son erróneas.

Ayuda a tu hijo a ver qué cosas tiene en común con otras personas. Experimentos recientes sugieren que los niños sienten más empatía por aquellos individuosque le son familiares o similares a él.

Acércate a tu hijo y preocúpate por sus necesidades, cuando los niños sienten que sus necesidades se toman en cuenta en su hogar entonces tienen más posibilidades de sentir empatía hacia los demás.

EMPATIA

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¿Por qué es positivo enseñar a los niños/as Educación Emocional?

Durante los primeros años de vida, los niños poseen una importante plasticidad cerebral, por lo que esta etapa y las experiencias y aprendizajes que se den en ella, son especialmente importantes para el enriquecimiento y adecuado desarrollo de la cognición y la afectividad.
A medida que el niño crece, las relaciones se amplían y se vuelven más complejas, requiriendo el desarrollo de más habilidades para relacionarse exitosamente.

Entre las que se encuentran: expresar deseos y preferencias de forma clara, habilidad para no ser fácilmente intimidado por otros niños, expresar su frustración e ira de forma adecuada, mostrar interés por los demás, ofrecer ayuda a los demás cuando lo necesitan, etc.

Lo niños están en continuo aprendizaje desde que nacen, todo para ellos es nuevo, por eso hay que tener empatía y mucha paciencia con los más peques de la casa. 

CÓMO TRABAJAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN CASA.

  1. Es fundamental que el entorno sea un clima positivo, para crear un ambiente donde los pequeños se sientan cómodos para poder ser ellos mismos, para poder pensar y para poder sentir.
  2. No suprimas sus estados emocionales, hay que dejar que fluyan, sentir es natural y es sano.
  3. Ayúdales a identificar y reconocer sus emociones y las de los demás. Para ello puedes emplear juegos, diálogo, cuentos, vídeos, fichas etc. Es importante que aprendan a reconocer las señales de su cuerpo, que le indican que una emoción se trata.
  4. Desarrolla en ellos la reflexión, meditar y ordenar los pensamientos les ayudará a dirigir su emoción. Puedes hacerlo en la rutina del día a día incluso jugando con ellos
  5. Enséñales formas positivas de expresión emocional: el deporte, el arte, dibujo, la música, el diálogo, etc.
  6. Plantéale soluciones positivas a los problemas con diálogo, ayudándole a ver cómo se ha sentido en ese momento y lo que podría mejorar para próximas veces.
  7. Sírveles de ejemplo. Los/as niños/as aprenderán tus reacciones emocionales de observarlas diariamente.
  8. Muéstrales la importancia de saber gestionar las emociones. Una gestión adecuada no quiere decir suprimirlas, sino ser capaz de controlarlas antes de que nos controlen.
  9. Enséñales a sentir sin miedo. Hazles saber que todas las emociones forman parte de nosotros y tienen una función, todas son necesarias, es importante dejarlas fluir y no reprimirlas.
  10. Enséñales cómo se llaman, cómo son y en qué se diferencian cada una de las emociones, sentimientos y sensaciones.
  11. No escatimes en muestras de afecto y dota de carácter lúdico a tus enseñanzas.

GESTIONAR LAS EMOCIONES.

Es habitual que los/as niños/as en ocasiones se vean superados por las emociones, rabietas que les hacen gritar o golpear cosas.

Es necesario que nosotros no reforcemos esas situaciones. Una vez haya terminado la rabieta podemos enseñarles, por ejemplo, que antes de gritar o pegar, es mejor expresar en voz alta qué les molesta. Que aprendan a expresar sus sentimientos desde bien pequeños.

Y siempre acompañarles, abrazarles si se dejan, no abandonarlos con sus sentimientos. 
Es aconsejable que para que haya resultados visibles, trabaje toda la familia.


Para terminar, os dejamos algunos cuentos que podéis conseguir en cualquier librería, para que disfrutéis con los peques de la casa.