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¿Por qué es importante desarrollar la empatía desde la infancia?

La persona empática tiene unos comportamientos más conscientes y adaptados, porque valora no sólo su percepción, sino también la de los demás.

Por ello, tener una elevada empatía permite comunicarse y relacionarse mejor con el entorno.

Las personas empáticas están mejor adaptadas emocionalmente y manejan adecuadamente las emociones propias y ajenas.

Un niño cuyos padres y maestros fomentan su empatía desde pequeños van  por el camino de convertirse en unos adultos más, comprensivos y sociables.

   Los niños empáticos son menos agresivos, más comunicativos y más capaces de expresar sus sentimientos. Además, la madurez que les aporta la empatía les ayuda   a crecer más seguros de ellos mismosy con una autoestima más fuerte y estable.    

 Hasta los siete años el cerebro de los niños establece las conexiones  celulares a un ritmo rapidísimo, todas las experiencias que adquiera durante estos primeros años determinarán su capacidad de enfrentarse a las situaciones vitales.
A partir de los lazos y vínculos emocionales que se van tejiendo en la familia y de los intercambios que tienen lugar desde el nacimiento, se va transmitiendo y desarrollando la competencia de la empatía.
Nuestra forma de escuchar  a nuestros hijos, de jugar con ellos, de reconfortarles y de tratarles influirá en su forma de relacionarse con los otros, de afrontar los problemas y de gestionar sus emociones. Si nosotros somos empáticos con ellos, favoreceremos que ellos sean empáticos con los demás.

De ahí la importancia de el ejemplo como base de la educación ya que los padres son ejemplo a seguir de sus hijos.